¿Es cara la carne en la Argentina? Qué dice la comparación entre los precios locales y los de otros países de la región


Un informe comparó los precios de los cortes bovinos locales, de Uruguay, Chile y Brasil
En un informe realizado por IERAL y la Fundación Mediterránea se compararon los precios de la carne bovina en la Argentina y en los países limítrofes de Uruguay, Chile y Brasil, para vislumbrar si los cortes vacunos están o no caros en el país respecto a las naciones vecinas.

En el informe se anticipa que, debido a que se trata de 4 países exportadores de carne bovina que, por su cercanía, por la naturaleza del producto, por el nivel de desarrollo, por posibilidad de intercambio comercial y debido a otras cuestiones, los precios de los cortes bovinos deberían ser similares.

Del análisis realizado, se desprende que durante el mes de julio, para una canasta amplia de cortes de carne relevados por organismos públicos y entidades representativas de la cadena, la carne vacuna era más barata en Argentina que en Uruguay y Chile.

Mientras que en Uruguay los precios promedio de la carne son un 11,2% más caros que en Argentina, en Chile, la carne bovina es un 5% más costosa que en el país.
“Es de esperar que la carne bovina cueste menos en Argentina que en Chile -dijeron en el informe-, el primer país es exportador mientras que el segundo es importador (neto); de hecho, el país trasandino compra carne en varios países de la región, entre ellos en Argentina”.

La comparación con Uruguay es más compleja debido a que ambos son países exportadores netos, aclararon. Mientras Argentina cuenta con materias primas más abundantes y accesibles para alimentar animales, el país oriental dispone de una economía más estable y previsible, con una menor inflación y más crédito, además de costos más bajos de capital.

Mientras tanto, para lograr la comparación con Brasil, donde los analistas no pudieron acceder a una base de precios de cortes de carne de fuentes oficiales y/o de instituciones de la cadena, se optó por tomar los valores registrados en las tiendas online, con referencia a 8 cortes de carne vacuna.
De esta comparativa, se desprende la “conclusión más importante”. La Argentina dejó de ser el país de la región con los precios más bajos de carne bovina, como sí se venía demostrando en relevamientos anteriores (2020, 2021 y principios de 2022). Actualmente, es en Brasil donde los precios de los cortes de carne son más económicos.

El promedio observado en el país vecino (para una canasta de 8 cortes de calidad media/alta) es de $1.547 pesos el kilo de carne, mientras que en la Argentina el valor de dicha canasta es de $1.557. Mientras tanto, ateniéndose tanto a los registros de las tiendas online como de las bases de datos oficiales, el valor promedio en Uruguay se ubica en torno a los $1.800 por kilo, y en Chile alrededor de los $1.950, convirtiéndose en países donde la carne es considerablemente más cara que en el país.

“El hecho que Argentina haya dejado de ser el país de carne bovina más barata de la región, perdiendo ese liderazgo frente a Brasil no sorprende por motivos varios, factores estructurales y también elementos de la coyuntura económica de los países”, dijeron en el informe y enumeraron dos motivos:

a) Brasil es actualmente el primer exportador del mundo, en los últimos años ha dejado atrás a otros grandes exportadores, caso de Estados Unidos o Australia, lo que refleja una gran competitividad de costos;

b) la carne bovina se viene encareciendo en dólares en Argentina (al igual que muchos otros productos), producto de una apreciación cambiaria en términos reales que ya lleva unos 24 meses (desde mediados de 2020 los precios de la economía crecen más rápido que el tipo de cambio oficial) y si bien esto también ha ocurrido en otros países de la región, incluido Brasil, la apreciación ha sido considerablemente más importante en Argentina (20% versus 5% en el vecino).
Comenzó a funcionar el sistema para que el campo liquide dólares: el Gobierno espera que ingresen USD 1.000 millones al BCRA
La cámara sectorial afirmó que las primeras operaciones de cuentas especiales y corresponsales en dólares “han tenido un balance positivo” y que van a continuar siendo utilizado por los exportadores
Los exportadores del sector agropecuario aseguraron que en las últimas horas comenzaron a utilizar el mecanismo que creó el Gobierno para impulsar la liquidación de divisas y sumar así reservas en el Banco Central. El Poder Ejecutivo había estimado que en una primera oleada, llegarían unos USD 1.000 millones por esta vía.

A través de un comunicado, la cámara de exportadores afirmó que “las primeras operaciones de cuentas especiales y corresponsales en dólares para prefinanciaciones y anticipos basadas en las últimas circulares del Banco Central han tenido un balance positivo”, mencionaron por Twitter.
El Gobierno se embarcó en negociaciones con los exportadores desde el inicio de la gestión de Sergio Massa en el Ministerio de Economía. Las proyecciones iniciales que hicieron en el equipo económico hablaban de un ingreso de USD 5.000 millones por parte de los exportadores en un plazo de 60 días, que podrían alimentar las arcas de la autoridad monetaria.

En el equipo económico tienen como primera expectativa en su plan de aceleración acordada de liquidación de divisas de exportadores poder sumar unos USD 1.000 millones iniciales en las arcas de la autoridad monetaria.

Para asegurarse el ingreso de divisas el Gobierno puso en marcha un esquema para incentivar el ingreso de divisas. Uno había sido creado durante el breve paso de Silvina Batakis por el Palacio de Hacienda, a través de un sistema que le permitía a los productores vender sus granos y con esos pesos poder acceder, en un 30%, a un dólares para libre disponibilidad y, en un 70%, poder depositarlos en una cuenta que protege a esa inversión ante un eventual salto cambiario.
Tras la primera reunión con la Mesa de Enlace de la semana pasada, el Gobierno anunció que buscaría redefinir algunos aspectos de ese mecanismo, que los chacareros consideraron muy burocrático y con trabas que impedían su funcionamiento.

El segundo punto, ya anunciado por la gestión Massa, fue una cuenta en dólares para que los exportadores depositen sus dólares obtenidos por operaciones de comercio exterior, con la posibilidad de contar con un interés pagado por una letra en dólares que el Banco Central licitó este miércoles con entidades financieras. La tasa determinada en esa compulsa será la que obtendrán como compensación los exportadores y que, espera el equipo económico, incentive la liquidación de divisas.

Este mecanismo se podrá poner en marcha, en rigor, por una cuenta especial que ya existe desde 2014 para adelanto de prefinanciaciones y por otra creada a principios de este mes desde el BCRA, detallaron las fuentes oficiales. En la comunicación 7570 del Central del 5 de agosto, se dispusieron modificaciones para los “Depósitos de ahorro, cuenta sueldo y especiales. Efectivo mínimo. Política de crédito”.
Allí se ampliaron los plazos para efectuar las liquidaciones a cambio de esta prefinanciación. “Los anticipos, prefinanciaciones y postfinanciaciones del exterior deberán ser ingresadas en el mercado de cambios dentro de los 5 (cinco) días hábiles de la fecha de cobro o desembolso en el exterior, contando con un plazo adicional de 10 (diez) días corridos para concretar su liquidación en el mercado de cambios. El plazo para ingresar y liquidar este tipo de operaciones se ampliará a 180 (ciento ochenta) días corridos de la fecha de cobro o desembolso en el exterior”, indica la norma del BCRA. Además, se dispuso que “las entidades financieras del Grupo “A” deberán abrir Cuentas especiales para acreditar financiación de exportaciones”.

Una idea que sobrevuela en los despachos del Banco Central es que lo que resta de agosto será la última prueba exigente en el frente cambiario, con la idea de que será la última oleada de fuertes importaciones de energía. De hecho en los últimos días la autoridad monetaria retomó el camino de recomposición de reservas con compras en el mercado.

Todavía queda en el menú de variantes que explora el equipo económico para ensanchar el stock de reservas netas dos canales. Por un lado, la firma eventual de un préstamo repo por parte de bancos internacionales, que extraoficialmente se calculó en unos USD 2.500 millones como tope. Otro serán los desembolsos de organismos internacionales de crédito.

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