La contundente frase circuló en un grupo de WhatsApp de alumnos de cuarto año del secundario del colegio San José Obrero, de la ciudad de Resistencia. La tía del adolescente damnificado relató los detalles del caso. Asegura que desde la institución educativa no les dieron respuestas y solo les ofrecieron que se cambie de escuela.
Antonella Vicentini es tía del alumno afectado por el caso de bullying y la abogada que lleva la presentación ante las autoridades. «Lamentablemente hoy me trae acá exponer un caso que me llega muy de cerca, que es mi sobrino de 17 años, alumno del colegio San José Obrero. El cual está sufriendo un bullying muy fuerte, un hostigamiento y ciberacoso por parte de los mismos compañeros con quienes compartieron toda la primaria y secundaria», indicó.
Acerca de la cercanía del menor con sus agresores, su tía expresó: «Él estuvo con este grupo desde que tiene siete años. Siempre tuvieron buena relación, participaron de cumpleaños, de actos escolares y hace un año aproximadamente empezaron a cambiar el trato, a excluirlo y a hablar de forma agresiva en los grupos de alumnos de WhatsApp. Estos chicos comenzaron a hacer comentarios ofensivos y este último tiempo se fue intensificando más, hasta llegar a la violencia física. Hubo hasta mensajes amenazadores e instigación al suicidio».
La mujer explicó, en un live realizado en NORTE Play: «Tenemos la captura de pantalla con la frase textual que dice que hasta que no se suicida no paren de hacerle bullying, por parte de una de las compañeras».
Consultada sobre el tenor del hecho, Vicentini dijo: «Todo esto fue informado al colegio San José Obrero, tras lo cual no tomaron acciones que le corresponden como sujetos obligados y responsables de los menores que están dentro de institución. No iniciaron ninguna acción al respecto, por más que se le fue comunicado acerca de la problemática». Y añadió: «La única opción que se le daba era que se cambie el colegio. Ni siquiera ordenaron hacer un informe, tampoco llamaron a una psicopedagoga».
En lo que se refiere a la respuesta de los adultos, padres de los alumnos frente al caso, la letrada reveló: «Los tutores de los compañeros del colegio fomentaban toda esta situación de violencia, justificando a sus hijos y sin dar respuesta acerca de lo sucedido».
«Venimos viendo caso similares en colegios Resistencia, en que los padres mismos justifican el comportamiento de los hijos y no se hacen cargo. Cuando tienen que ser ellos los encargados de educar a sus hijos y de fomentar una educación más amigable, sin violencias», apuntó.
Volver a empezar: el adolescente finalmente se cambió de colegio
En el medio de un gran cambio para el menor, que involucra iniciar clases en una nueva institución educativa, este miércoles comenzó las clases en un nuevo colegio.
«Fue muy bien recibido por sus nuevos compañeros. También se acercaron y se pusieron a disposición sus docentes, director y preceptora. Todos hablaron con él, estuvieron súper atentos. ¡Hasta tuvo dos exámenes que se animó a hacer!», destacaron desde la familia del adolescente.
Uno de los padres del menor compartió un posteo en sus redes sociales con un descargo que decía: «Algo les habrá hecho, se lo merece…son cosas de chicos… le va a servir para que se arme de carácter»…Todas estas cosas pensé y hasta me enoje con El, como si no fuera suficiente el dolor que venía sintiendo que sus amigos de toda la vida, de segundo grado hasta hoy (cuarto año de la secundaria) lo ignoren, le digan enfermo mental, y armen un complot para que se cambie de colegio, y si se da, como una compañera literalmente lo describe «Háganle bullyng hasta que se suicide».
El mensaje, que recibió fuerte apoyo de familiares y amigos en las redes, sigue: «Hoy después de 10 años de un Colegio Católico, del cual no puedo quejarme del nivel educativo, tenemos que salir a buscar otra Institución que lo reciba, agachando la cabeza , cumpliendo con lo que ese grupo de «amigos» se propuso, CORRERLO!».
Sobre el colegio que dejó atrás el menor, su padre indicó: «No puedo medir que grado de responsabilidad tienen el colegio, los padres de sus compañeros agresores o ellos mismos… si puedo decir, porque trabajo con adolescentes , que la juventud NO está perdida, que necesitamos espacios, estructuras, escuelas y hogares que acompañen su formación. Poniendo énfasis, mucho énfasis en la EMPATÍA… que en estos tiempos, como dicen los chicos, esta pasado de moda.
Su descargo finalizó con las palabras de Don Bosco: «No basta con amar a los jóvenes, es preciso que se sientan amados».